miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿Light o bajas calorías?

 

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Leer la información nutricional de cada producto es fundamental para elegir el producto adecuado. Si bien estos productos son más caros, son más saludables por su bajo contenido en grasas y azúcar.

A la hora de elegir productos saludables para mejorar la calidad de vida o como complemento para bajar de peso es necesario conocer con precisión la composición de cada uno. Existen en el mercado varias denominaciones en los envases de los alimentos, como por ejemplo: bajo en grasas, sin azúcar, reducido en colesterol, libre de grasa trans y otros, que crean confusión y no todos sirven para bajar de peso o para mantener una alimentación sana.


Principalmente hay que tener en claro cuál es el objetivo que motiva la compra de un alimento light, diet o bajas calorías.
Si la meta es bajar de peso lo importante será que el producto sea bajo en grasas,y si por ejemplo el problema es de hipertensión, lo indispensable es consumir los que tienen bajo porcentaje en sodio.
Las etiquetas de los envases son las que brindan todo este tipo de información nutricional necesaria para identificarlos, por lo que leerlas al momento de la compra es muy importante y evitará un gasto innecesario.


Cada producto tiene detrás de su etiqueta un cuadro de información nutricional en donde se encontrará: la composición química (ingredientes y proporción), la lista de los valores de aditivos, conservantes, colorantes y antioxidantes para ese producto en particular, el tamaño de la porción, el valor calórico, la cantidad de grasa contenida, la información sobre los hidratos de carbono, las vitaminas y los minerales y por último el porcentaje de sodio.
“Todos estos datos están expresados en porciones y en gramos. Por lo que a la hora de comparar con otros productos siempre es importante hacerlo con alguno de igual peso por porción y por envase”, señala Verónica Wesinger, licenciada en Nutrición y responsable del área terapéutica de Dieta Club. “La cantidad de calorías contenidas en un envase de 500gr no son las mismas que en uno de 250gr y esto muchas veces confunde a la hora de la compra”, agregó.


¿Cómo elegirlos?
La variedad de los nombres que tienen los productos crea dudas. No es lo mismo light, que diet y que bajo en calorías.
El Código Alimentario Argentino indica que son productos diet (que traducido significa dieta), todos aquellos alimentos que durante los procesos de fabricación fueron modificados en su composición original. Éstos pueden ser tanto los que fueron fortificados –como las leches con calcio, hierro y ácido linoleico conjugado– como a los que se les disminuyó alguno de sus ingredientes calóricos, grasas, azúcares o harinas.
Los productos light (o sea livianos) los que contiene 1/3 menos de calorías o 50 % menos de grasa que el original. Y cuando decimos que un producto es bajas calorías, su contenido en grasa y/o azúcar debe ser reducido.

Comer sano es caro
Si bien los productos light, diet y bajas calorías son más caros que los tradicionales, aportan variados beneficios al consumidor. Aunque si sólo se adquiere y consume productos saludables desconociendo las ventajas que aportan y para qué sirven, el gasto será mucho mayor.
No por ser saludables todos los productos ayudan a bajar de peso. Y no todos los denominados livianos están reducidos en azúcares y en grasas. Por lo que hay que conocer qué alimentos son los adecuados para no gastar plata de más y creer que los productos son milagrosos.


Hay que comer frutas y verduras
No sólo el consumo de productos saludables ayuda a tener una correcta alimentación.
En ciertas ocasiones los alimentos pueden remplazarse por porciones de frutas, verduras y carnes magras que también son light.
El secreto para comer productos tradicionales y no modificados es tener en claro el tamaño de las porciones recomendadas para consumir.

 

FUENTE: www.diariouno.com.ar

Cosméticos y su efecto nocivo en las aguas residuales

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Una acción aparentemente tan inocua como lavarse la cara para retirar los restos de la crema hidratante puede causar más de un trastorno a la cadena medioambiental. "Hay documentados casos de compuestos, como determinadas fragancias empleadas en la formulación de cosméticos, que pueden acumularse en los organismos vivos y llegar a ser tóxicas", aseguran desde el grupo de Ingeniería Ambiental y Bioprocesos de la Universidad de Santiago (USC), dirigido por Juan Lema.


Los cosméticos non son los únicos culpables de que determinadas especies animales sufran anomalías en sus órganos debido a la presencia de tóxicos. Los antibióticos y las píldoras anticonceptivas también colaboran.


Estudios realizados han demostrado la influencia que ejercen las hormonas (presentes en las píldoras anticonceptivas) en el sistema endocrino de ciertos organismos durante el desarrollo embrionario provocándoles que uno de sus dos sexos se incremente de forma anómala.


La forma en la que los cosméticos, antibióticos u hormonas llegan a las aguas residuales es simple: las tuberías de lavamanos o de los aseos tras lavarse el cuerpo u orinar (en el caso de las últimas dos sustancias).


Cuando estos microcontaminantes llegan con las aguas residuales a las depuradoras, las estaciones de tratamiento les abren el paso hacia el mar y los ríos sin traba alguna. "Estas sustancias están presentes entre mil y un millón de veces por debajo de los contaminantes convencionales por lo que resultan difíciles de analizar" así como de eliminar en las depuradoras convencionales ya que éstas no fueron diseñadas para dicho fin, explica el coordinador del proyecto, Francisco Omil.


El fin de su equipo es estudiar, detectar y eliminar los microcontaminantes a través de nuevos sistemas de depuración. Los investigadores destacan que lo ideal sería que estos compuestos se tratasen según la corriente de la que procedan.


En el caso de los centros hospitalarios, éstos suponen una corriente que presenta mayor concentración de estas sustancias. El objetivo del equipo universitario es que la corriente de un hospital sea tratada in situ "mediante pequeñas plantas específicas". De esta manera, cuando las aguas residuales del centro sanitario lleguen a la red de saneamiento, la mayor parte de los microcontaminantes se habrán "minimizado con antelación".


El grupo de Ingeniería Ambiental realiza sus trabajos en varias plantas piloto ubicadas en el campus compostelano y en depuradoras de diversas empresas como Aquagest y Aqualia, esta última en el entorno de Vigo.


Este estudio se incluye en el programa Consolíder en el que participan ocho grupos de investigación españoles y dos holandeses, coordinados desde la Universidad de Santiago. El plan tiene como fin diseñar depuradoras que consuman menos energía y cuyo funcionamiento sea mejor que las actuales.

 

FUENTE: www.farodevigo.es

martes, 25 de noviembre de 2008

Desarrollan en Brasil cemento más resistente con nanotecnología

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Investigadores de la  Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) de Brasil desarrollaron  un cemento más resistente que el convencional, con la adición de  materiales obtenidos a partir de la nanotecnología. 

El "supercemento" es una mezcla de "clinker", caliza cocida y  principal materia prima del cemento, con "nanotubos" de carbono, de  acuerdo con la información difundida hoy por la revista  especializada "Ciencia Hoje" que publica en internet la Sociedad  Brasileña para el Progreso de la Ciencia. 

Los tubos de carbono, desarrollados, con técnicas nanométricas  (referente a la milmillonésima parte del metro), proporcionaron al  cemento mayor resistencia y duración, además de permitir la  producción de un material de mejor calidad y costo más bajo que los  desarrollados en otros países. 

El físico Luiz Orlando Ladeira, investigador de la UFMG y  coordinador del proyecto, consiguió agregar los nanotubos al cemento  mediante una nueva técnica que podrá ser incorporada por la  industria tradicional. 

Proyectos similares realizados en diferentes países agregaron los  nanotubos al cemento, sin embargo los métodos utilizados hacen de  este material un producto demasiado caro, al elevarlo a cerca de 8, 000 dólares, frente al precio de ocho dólares por saco de cemento  convencional. 

Según Ladeira, la nueva técnica permite producir un saco de  cemento reforzado con nanotubos por unos 16 dólares por costal. 

"El aumento de calidad es tan grande que justifica pagar el doble  por el producto", aseguró el investigador. 

"Convertimos el cemento reforzado con nanotubos de carbono en un  material económicamente viable y que puede ser producido a larga  escala por la industria", agrega. 

El nuevo cemento ya fue patentado, sin embargo su creador calcula  que aún tendrá que esperar cinco años antes de lanzarlo  comercialmente. 

Esa demora obedece a que el uso de la nanotecnología aún es  polémico, debido a que se desconocen los efectos de las  nanopartículas en el organismo humano y en el medio ambiente. 

"Pero como los nanotubos estarán mezclados en el cemento y no  sueltos en la naturaleza, la dispersión del material será menor y su  impacto en el ambiente bajo", asegiró el investigador. 

Los nanotubos de carbono están compuestos por átomos tan  fuertemente ligados que alcanzan una residencia cincuenta veces  mayor que la del acero. 

Según Ladeira, un aumento de 0,3 por ciento de nanotubos de  carbono al "clinker" incrementa 25 por ciento la resistencia del  cemento a la tracción. 

La resistencia a la comprensión aumenta 80 por ciento. 

El nuevo material también tiene la ventaja de tener una porosidad  mayor, lo cual aumenta la residencia del material a la degradación. 

"El desgaste del nuevo cemento por la acción del ambiente es  mucho menor", explicó Ladeira, para quien el nuevo material  resolverá el problema provocado por el uso de cemento en  construcciones que quedan sumergidas en el mar, ya que el agua  salada damnifica el material convencional, pero no el nuevo.

 

FUENTE: www.xinhuanet.com