miércoles, 26 de noviembre de 2008

Cosméticos y su efecto nocivo en las aguas residuales

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Una acción aparentemente tan inocua como lavarse la cara para retirar los restos de la crema hidratante puede causar más de un trastorno a la cadena medioambiental. "Hay documentados casos de compuestos, como determinadas fragancias empleadas en la formulación de cosméticos, que pueden acumularse en los organismos vivos y llegar a ser tóxicas", aseguran desde el grupo de Ingeniería Ambiental y Bioprocesos de la Universidad de Santiago (USC), dirigido por Juan Lema.


Los cosméticos non son los únicos culpables de que determinadas especies animales sufran anomalías en sus órganos debido a la presencia de tóxicos. Los antibióticos y las píldoras anticonceptivas también colaboran.


Estudios realizados han demostrado la influencia que ejercen las hormonas (presentes en las píldoras anticonceptivas) en el sistema endocrino de ciertos organismos durante el desarrollo embrionario provocándoles que uno de sus dos sexos se incremente de forma anómala.


La forma en la que los cosméticos, antibióticos u hormonas llegan a las aguas residuales es simple: las tuberías de lavamanos o de los aseos tras lavarse el cuerpo u orinar (en el caso de las últimas dos sustancias).


Cuando estos microcontaminantes llegan con las aguas residuales a las depuradoras, las estaciones de tratamiento les abren el paso hacia el mar y los ríos sin traba alguna. "Estas sustancias están presentes entre mil y un millón de veces por debajo de los contaminantes convencionales por lo que resultan difíciles de analizar" así como de eliminar en las depuradoras convencionales ya que éstas no fueron diseñadas para dicho fin, explica el coordinador del proyecto, Francisco Omil.


El fin de su equipo es estudiar, detectar y eliminar los microcontaminantes a través de nuevos sistemas de depuración. Los investigadores destacan que lo ideal sería que estos compuestos se tratasen según la corriente de la que procedan.


En el caso de los centros hospitalarios, éstos suponen una corriente que presenta mayor concentración de estas sustancias. El objetivo del equipo universitario es que la corriente de un hospital sea tratada in situ "mediante pequeñas plantas específicas". De esta manera, cuando las aguas residuales del centro sanitario lleguen a la red de saneamiento, la mayor parte de los microcontaminantes se habrán "minimizado con antelación".


El grupo de Ingeniería Ambiental realiza sus trabajos en varias plantas piloto ubicadas en el campus compostelano y en depuradoras de diversas empresas como Aquagest y Aqualia, esta última en el entorno de Vigo.


Este estudio se incluye en el programa Consolíder en el que participan ocho grupos de investigación españoles y dos holandeses, coordinados desde la Universidad de Santiago. El plan tiene como fin diseñar depuradoras que consuman menos energía y cuyo funcionamiento sea mejor que las actuales.

 

FUENTE: www.farodevigo.es

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