¿Ambientes con malos olores? ¿Humo de cigarrillo? Una nueva pintura para paredes es capaz de desintegrar las sustancias tóxicas del aire.
Este descubrimiento pionero ya es utilizado con éxito en espacios interiores y puede emplearse también en exteriores. "Se trata de imitar el maravilloso proceso de la fotosíntesis y, de modo similar a como lo hace una planta, provocar una reacción a partir de la luz solar que elimine las sustancias nocivas", explicó a Tierramérica el profesor Horst Kisch, doctor en química y responsable del equipo del Instituto de Química Inorgánica de la alemana Universidad de Erlangen, que llevó adelante las investigaciones.
La pintura consigue desintegrar sustancias como el monóxido de carbono, el formaldehído, el dicloroetileno, el benceno y los óxidos de nitrógeno. Y lo hace de una manera no contaminante.
El hallazgo se basa en un pigmento llamado dióxido de titanio, que desde hace tiempo es usado en dentífricos y pinturas, pero que en este caso funciona como fotocatalizador: provoca reacciones químicas determinadas al ser estimulado por la luz.
Así, las reacciones de este pigmento, habitualmente inhibidas cuando se lo usa en productos como pastas de dientes, aquí fueron bienvenidas y actuaron como punto de partida para los trabajos de investigación.
Sin manipular, el pigmento absorbe energía de las radiaciones ultravioleta que vuelven su superficie activa y, al contacto con el aire, produce enlaces de oxígeno que ponen en marcha reacciones que fragmentan las moléculas dañinas en partículas completamente inocuas.
El logro de Kisch y su grupo de investigadores fue modificar la estructura de este pigmento, el dióxido de titanio, de manera tal que reaccione incluso ante una baja luminosidad, como la de días nublados, y con luz artificial.
"Es un desarrollo muy importante que los materiales reaccionen con la luz del día, y que de esta manera puedan degradar partículas presentes en el aire. Y el profesor Kisch ha sido realmente el primero en alcanzarlo", afirmó a Tierramérica el doctor en química Detlef Bahnemann, del Instituto de Química Técnica de la Universidad de Hannover.
"Se trata de una cuestión de salud, sobre todo si pensamos que (la pintura) puede desintegrar las partículas nocivas provocadas por el cigarrillo, o por las emanaciones de gases como el formaldehído, que desprenden algunas piezas de mobiliario", agregó Bahnemann.
Según consignan los investigadores, en una prueba realizada en una oficina, la aplicación de esta emulsión en las paredes logró reducir en 80 % la concentración de las sustancias nocivas.
La pintura ya está disponible en el mercado, con el nombre de StoClimasan (para interiores), y StoPhotosan (para exteriores). Su precio puede llegar a ser cinco veces mayor que el de productos comunes.
Una lata de 15 litros para interiores cuesta en Alemania el equivalente a unos 280 dólares y rinde 100 metros cuadrados. La pintura de exteriores cuesta unos 320 dólares y alcanza para pintar apenas 80 metros cuadrados.
El precio aparece como el principal escollo para su utilización masiva, en particular en lugares públicos.
A juicio de Bahnemann, este problema podría abordarse con una adecuada intervención del Estado. "Debería darse importancia a la utilización de este tipo de pinturas en espacios públicos. Su mayor valor está absolutamente justificado", indicó.
"Pensemos en su contribución ambiental, al desintegrar sustancias como óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, o diferentes gases provenientes de procesos de combustión, ya sean de centrales eléctricas, de automóviles o de chimeneas", argumentó.
Las investigaciones para obtener resultados insumieron sólo cinco años. "Estamos particularmente orgullosos de que en tan poco tiempo se aplique un avance de la investigación básica en un producto técnico", dijo Kisch.
En cuanto al uso del producto en exteriores, los propios investigadores reconocen que todavía es difícil medir su efectividad.
Pero ya hay más de un centenar de empresas alemanas investigando con el fin de obtener, a partir del mismo principio, productos aplicables a otras superficies, como muebles, baldosas o alfombras, y que puedan purificar no sólo el aire, sino también las superficies mismas.
Por su original aporte, el invento fue distinguido en la última edición del Premio a la Innovación de la Economía, patrocinado por el Ministerio de Economía.
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