lunes, 9 de junio de 2008

Sangre de caimán podría dar origen a nuevos antibióticos

CAIMAN

Con gran asombro y curiosidad, los científicos se han preguntado por qué las heridas de los caimanes casi nunca presentan infecciones, pese a que estos reptiles suelen enfrentarse en violentas luchas para defender sus territorios y a sus parejas. Ahora, los investigadores piensan que el secreto radica en su sangre.

Químicos de Luisiana descubrieron que la sangre del caimán de América está en condiciones de destruir 23 tipos diferentes de bacterias, entre ellas, algunas que son resistentes a los antibióticos. Además, la sangre logró acabar con una gran cantidad de VIH, el virus causante del sida.

Lancia Darville, coautor del estudio y profesor de la universidad del estado de Luisiana, en Baton Rouge, sostiene que los péptidos, fragmentos de proteínas que hay en la sangre de los caimanes, ayudan a estos animales a evitar infecciones fatales.

Tales péptidos también se encuentran en la piel de ranas y de sapos, así como en los dragones Komodo y en los cocodrilos.

Los científicos tienen la esperanza de que esos péptidos puedan algún día ser usados en remedios que ofrezcan a los seres humanos el mismo tipo de protección.

“Estamos en el proceso de separar y de identificar los péptidos específicos en la sangre del caimán”, dijo Darville, quien presentó sus hallazgos en una reunión de la Sociedad de Química de Estados Unidos, en Nueva Orléans.

“Una vez que sepamos la secuencia de esos péptidos, podremos obtener su estructura química para crear potencialmente nuevas drogas”, agregó.

Crema de caimán. Mark Merchant, coautor del estudio, un bioquímico de la universidad estatal McNeese, en Lago Charles, Luisiana, fue uno de los primeros científicos en descubrir la inusual resistencia que presentan los caimanes.

Pese a vivir en medio de pantanos, donde prosperan las bacterias, los caimanes que sufrían lesiones, en muy escasas ocasiones desarrollaban infecciones fatales.

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Merchant creó por ello un suero humano y otro de caimán, un plasma sanguíneo rico en proteínas al que se eliminaron los agentes de coagulación, y los expuso a ambos a 23 tipos diferentes de bacterias.

El suero humano destruyó solo ocho de las variedades de bacterias, pero el suero de caimán mató a los 23, incluyendo una bacteria resistente a las drogas, como el Staphylococcus aureus .

Cuando el suero de caimán fue expuesto al virus VIH, los expertos descubrieron que buena cantidad del virus había sido destruido.

El equipo de investigadores cree que píldoras y cremas que contienen péptidos de caimán estarían disponibles en farmacias en los próximos siete a diez años.

Tales productos serían excelentes para pacientes que necesitan ayuda extra a fin de evitar infecciones, tales como los diabéticos con úlceras en los pies, las víctimas de quemaduras y personas aquejadas por enfermedades que atacan el sistema inmunológico.

Pero hay muchos obstáculos potenciales qué vencer antes de que las medicinas hechas con sangre de caimán puedan ser vendidas en las farmacias. Por ejemplo, señala Darville, pruebas iniciales sugieren que altas concentraciones de suero de caimán pueden ser tóxicas para las células humanas.

No tan primitivas. Adam Britton es un biólogo que vive en el norte de Australia y que halló similares proteínas antimicrobiales, llamadas crocodillins, en la sangre de los cocodrilos.

Los péptidos antimicrobiales en cocodrilos y en caimanes forman parte del sistema inmunológico de esos animales, dijo Britton. Esos péptidos proporcionan protección automática contra ciertas enfermedades.

En cambio, la inmunidad en los seres humanos es adaptativa. Las personas desarrollan resistencia a muchas enfermedades tras ser infectadas por ellas, la base para varias vacunas.

Aunque la inmunidad innata es con frecuencia considerada primitiva, no hay nada de primitivo en su eficacia, dijo Britton.

“Al parecer, los péptidos antimicrobiales del caimán y del cocodrilo son agentes muy eficaces contra las bacterias”, añadió.

Britton tiene esperanzas de utilizar la sangre del cocodrilo australiano para complementar su último trabajo sobre caimanes y responder a interrogantes acerca de qué significan esas proteínas para el sistema inmunológico en general.

“Si podemos aprovechar esos secretos, estaríamos a punto de lograr grandes avances en materia de ciencia médica”, concluyó Adam Britton.

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