Un tipo de bacteria que ayuda a las termitas a digerir la madera podría ser clave a la fabricación del etanol a bajo precio hecho a partir de la madera y la hierba. La compañia norteamericana de bioenergía ZeaChem, ubicada en Menlo Park, CA, ha desarrollado un proceso basado en esta bacteria que puede producir el 50 por ciento más etanol de una cantidad dada de biomasa que procesos convencionales pueden.
La empresa ha demostrado el método en un ajuste de laboratorio y ahora prepara proyectos para una planta de etanol, que producirá aproximadamente dos millones de galones de etanol un año. La construcción podría comenzar tan pronto como en este año, dice Dan Verser, fundador y vicepresidente de investigación y desarrollo en ZeaChem. Esto es uno de un número creciente de empresas de biocarburante que procuran hacer etanol a partir de fuentes que no sean maíz o caña de azúcar, ya que el estos requieren grandes cantidades de tierra, agua, y la energía para crecer.
El proceso mejora la producción haciendo el empleo más eficiente de biomasa que el que se hace por técnicas convencionales. Comienza, como las otras técnicas para hacer el etanol, con la conversión de la biomasa en azúcares. En este punto, los procesos convencionales usan la levadura para fermentar los azúcares en el etanol. Pero este proceso es derrochador: aproximadamente un tercio del carbón en los azúcares nunca lo hace en el combustible. En cambio, es liberado en la atmósfera como el dióxido de carbono.
ZeaChem sustituye la levadura por un tipo de bacteria llamada Moorella thermoacetica, que puede ser encontrado en un número de sitios en la naturaleza, incluyendo tripas de termita y el rumiante de vacas, donde esto ayuda a estropearse la hierba. En vez de hacer el etanol y el dióxido de carbono, la bacteria se convierte los azúcares en un componente de vinagre llamaron el ácido acético, un proceso que no libera ningún dióxido de carbono.
Para convertir el ácido acético en el etanol, ZeaChem retorna a la química. Primero, los investigadores de la empresa convierten el ácido en un solvente común llamado acetato de etilo cosa que los químicos hace mucho tiempo sabían hacer. El paso final -la fabricación del etanol- requiere la adición de la energía al sistema en forma del hidrógeno. Para conseguir el hidrógeno, ZeaChem usa el material purgado del proceso que convierte la biomasa en azúcares. Este material, llamado lignina, puede ser convertido en una mezcla de hidrógeno rica en gases por calentamiento en las condiciones derechas en un proceso llamado gasificación. El hidrógeno es combinado con el acetato de etilo para hacer el etanol.
Los gases restantes en la mezcla son alimentados atrás en el proceso para proporcionar la energía necesaria para la gasificación, el aprovechamiento del material que de otra manera habría sido gastado y la eliminación de la necesidad de usar combustibles fósiles como el petróleo. Hasta ahora, la empresa ha mostrado que más del 40 por ciento mejor cede comparado con accesos convencionales, y esto trabaja hacia una mejora teóricamente posible del 50 por ciento.
"Esto es un proceso muy innovador" dice James McMillan, investigador y el gerente de grupo en el Laboratorio de Energía Nacional Renovable, en Gold Colorado. Él dice que es importante conseguir tanto etanol del feedstock como posible, ya que el coste final de etanol depende altamente del coste de feedstock. Aunque el proceso de ZeaChem sea más complicado que los métodos usados ahora, y las plantas de etanol que lo usan costarán más, McMillan dice que la producción mejorada podría compensar estos gastos aumentados.
Esta es una muestra rara de etanol creado de chips de madera que usan un nuevo proceso. Hasta ahora el alcohol es hecho en unas botellas a la vez, pero en un par de años millones de galones podrían estar disponibles.
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